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martes, 1 de noviembre de 2011

Las garras de caperucita

¡Hola! Les traigo mi primera entrada, un cuentesillo chistosillo, espero que sea de su gusto :3
"¡Mi mamá me la tiene montada! ¡Mi mamá me la tiene montada!". Vestida con una ceperuza roja, la niña de trenzas doradas, llora con desconsuelo, reconstada en uno de los gigantes árboles a la entrada del bosque. -"Caperucita ¿Por qué te quedas ahí parada? Mira que la abuela está muy enferma", le gritó la madre desde la ventana de la casa. "¡Mi mamá me la tiene montada!" , continuó exclamando la niña. Con rabia puso la canasta repleta de pasteles en el suelo.



"¿Qué pasa, caperucita?, ¿Por qué estás llorando?" preguntó el lobo, que escondido tras una rama, observaba las penurias de la niña. Ella no se asustó, estaba acostumbrada a ver el animal merodear diariamente por la casa. Siempre que la miraba, a él se le agrandaban más los ojos y la larga lengua le colgaba más de su hocico. Varias veces se habían encontrado así, hasta que ella, vanidosa, cerraba la ventana o, complaciente, salía al jardín a recoger flores.



-"¡Es que mi mamá me la tiene montada, me la tiene montada! Todos los días me embute en esta caperuza, me encarta con ésta canasta y me manda al otro lado del bosque a llevarle pasteles a la abuela". -"No te preocupes caperucita, súbete a mi lomo, así no te cansarías y llegaremos más rápido a casa de la abuelita" ^-^ -"Nooooo, ¡cómo se te ocurre! con tanta gente mal pensada que vive por aquí, que van a decir de mí" contestaba la niña, aunque con la mirada y el gesto de las manos enlazadas parecía decirle que sí al amable lobo... -"No tienen porque decir nada, caperucita, mis intenciones son buenas". -"Bueno, entonces vamos, pero no nos demoramos".



De regreso a casa y luego de cumplir con su deber de hija, al despedirse y en un gesto de agradecimiento, caperucita le dio al servicial lobo, un sonoro beso cerca al hocico. -"Mañana paso por ti a las misma hora" Exclamo el animal luego de reponerse de la emoción del beso. Alegre, caminando como en el aire, se fue pensando en lo que había sucedido.



"Me dio un beso, me dio un beso (8)" se decía mientras se dirigía a su guarida. " Mañana la vuelvo a llevar y al despedirse ya no me dará uno, sino dos. Pasado mañana serán tres y dentro de una semana ya le puedo pedir que seamos ¡novios!"



Esa noche no durmió pensando en lo que pasaría al otro día. Contento y optimista llegó a la casa de la niña. Ella, con su infaltable caperuza lo esperaba al frente de la puerta.En su mano, la canasta de pasteles. -"¡Hola lobo! ¿Cómo estás?" -"Hola Caperucita! ¿Marchamos ya?" -"Ay querido mio, es que quería pedirte un favorsito chiquito...imagínate que no he podido hacer las tareas y si no las hago ahora voy a perder el año y como mi mamá me la tiene montada..." -"Tranquila, caperucita, no te preocupes.Yo puedo ir sólo con la canasta donde tu abuelita". -"¡Ayyyyyyyyyy tan lindoo tuuuuu! *-*"y exclamando esto, caperucita, rebosante de alegría agradeció la generosidad del lobo dándole dos sonoros besos.



Cuando el lobo regresó con la canasta vacía, luego de cumplir con su misión, no encontró a caperucita en su casa.Pensando que seguramente se había ido a estudiar con alguna de sus amigas, se fue a descansar a su guarida.

-"Me dio dos besos, me dio dos besos (8)" se decía. "Mañana, si la llevo ya no me dará dos, sino tres. Pasado mañana o la otrasemana le puedo pedir que seamos novios". Al otro día se madrugó a casa de caperucita. Ella no estba al frente de la puerta pero si asomada a la ventana. -"¡Hola lobo! Estoy tan pero tan tan tan ocupada, mira ahí te entrgo lo de la abuelita", le gritó la niña y con su cuerda bajó la canasta llena de pasteles. Al llegar al suelo, después de un "Gracias, nos vemos mañana" y de un beso al viento, entró y cerró la ventana. El lobo cogió la canasta, la acomodó en el lomo y se dirigió a su destino.



A la mañana sigueinte, el lobo encontró la canasta con pasteles al lado de la puerta cerrada ._. Tenía un pael que decía: "Amigo querido, estoy resfriada. Me saludas a la abuela. Muchas gracias." Así pasaron y pasaron los días. Cuenta la leyenda que quienes hoy pasean entre la casa de caperucita y de la abuelita se han encontrado con un lobo que escuálido y ojeroso carga una canasta en el lomo y recorre el boque exclamandio sin cesar: -"Caperucita me la tiene montada, caperucita me la tiene montada".



¡jajajajaja!




Celeste and BlackRose :D






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